lunes, 27 de junio de 2011

Sitme versus el permuta, por Ángel García Banchs

En el segundo trimestre de 2010, el gobierno nacional decidió cerrar las casas de bolsa bajo el errado pretexto de que estas eran culpables de la alta inflación que vive el país; las autoridades afirmaron que las mismas manipulaban el precio de los bonos para determinar el tipo de cambio, aunque meses después crearon, a su imagen y semejanza, un sistema de asignación de divisas substituto, que hasta hoy día opera de forma similar: el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme).

Tal y como ocurría antes en el mercado de permuta, donde operaban las casas de bolsa, en la actualidad en el Sitme el precio de los bonos que se transan a diario debe ajustarse para reflejar el tipo de cambio vigente del sistema (i.e. 5,30Bs/$). Por dar un ejemplo, toda transacción el 23-06-2011 con un Pdvsa-2011, cuyo precio de mercado era 99,83%, implicó que la banca, el mismo día, habría ajustado el precio del bono de venta al público a alrededor de 123,05%; sencillamente, porque 99,83% multiplicado por 5,30Bs/$ (banda alta del Sitme), dividido por 4,30Bs/$ (banda baja del Sitme) da 123,05%.

Pero, no solo la forma de reflejar hoy día el tipo de cambio vigente en el Sitme es igual a la utilizada en el pasado por las casas de bolsa en el mercado de permuta. También, el oferente de los deseados dólares sigue siendo el mismo: Pdvsa. Lo único distinto con la llegada del Sitme es que ahora el tipo de cambio no se determina por la oferta y demanda, sino que lo fijan las autoridades a un nivel inferior al que reflejaría su escasez relativa, eso sí, al costo de tener que racionar la entrega de divisas. Es decir, ahora, con el Sitme, las autoridades optan por mantener, mientras puedan, el tipo de cambio en 5,30Bs/$, al costo de solicitar a la banca que racione a diario la entrega de moneda extranjera, la cual alcanza menos de un 25-30% de la demanda anteriormente satisfecha en el permuta.

El nuevo sistema se caracteriza, pues, por la escasez de divisas y de bienes y servicios, así como por la asignación de las mismas en base a criterios particulares de los bancos, a diferencia de en base al criterio de máxima utilidad, tal y como ocurría durante los tiempos del permuta.

Pero, como dicen por allí, la economía es como un cuero seco: si la pisas por un lado, seguro, se levanta por el otro. De allí que, dada la escasez de divisas, no extrañaría que, más temprano que tarde, las autoridades tengan que elevar el tipo de cambio del Sitme. En ese caso, terminarían dándole la razón a las hoy extintas casas de bolsa.

El Universal, 27/06/2011, enlace al original