lunes, 15 de octubre de 2012
Carvallo: “Giordani reconoce la legalidad del Mercado Alternativo”, por Ricardo Padrón
En las semanas pasadas, Juan Carlos Carvallo, Director de Econoinvest Casa de Bolsa, C.A., concluyo, luego de mas de 12 horas hablando, sus declaraciones ante el Juez Rodolfo Romero. Carvallo logro sintetizar, desde el punto de vista económico y cambiario, lo ocurrido en Venezuela durante los nueve años de vigencia del Régimen Cambiario venezolano.
Así señaló, como durante ese periodo el Gobierno Nacional implemento los mecanismos alternativos para adquirir divisas, mediante las emisiones de títulos valores, cuya moneda facial era el Dólar de los Estados Unidos de América y pagaderos en bolívares, para así aliviar el peso, que sobre CADIVI y las reservas internacionales, se estaban generando con ocasión de la presión de la demanda por obtener divisas para importar bienes, que siendo ajenos a las primeras necesidades del venezolano, se encontraban fuera de las posibilidades de acceder a con tasas oficiales.
Este grupo de bienes requeridos por la sociedad venezolana, pero no prioritarios, fueron incrementándose. Así cada vez había menos posibilidades de adquirir divisas por medio de CADIVI, lo que conllevo mas demanda de las divisas que podían accederse a través del mercado alternativo de títulos valores y que provenían, principalmente, del propio sector privado. Estas exigencias al mercado alternativo de divisas, sin duda, genero un aumento en su contravalor, como ocurre normalmente frente a la demanda y la escasez de oferta de cualquier bien de consumo.
domingo, 14 de octubre de 2012
Esquilo y Econoinvest, por Alejandro Oliveros
Cuenta Esquilo en la crónica verídica de los sucesos acaecidos en la ciudad griega de Argos, que a seguidas del asesinato de Agamenón, su homicida, quien era también su consorte, exclamó, “Ahora mandamos nosotros”.
En el indeseado plural, incluía al torvo Egisto, su cómplice y amante. Con sus despiadadas acciones, Clitemnestra dejaba clara su inclinación a la tiranía. No disimulaba que sus actos serian amparados por la más abierta impunidad. De los atributos del tirano, el que debería ser más odiado es el de la usurpación de la justicia. Ningún ciudadano puede sentirse inmune a la arbitrariedad de sus decisiones, las cuales son siempre inapelables. Sin sombra del debido proceso, el tirano condena de acuerdo a sus cambiantes humores o a las consejas adulantes de los cortesanos de turno.
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