La eliminación de los mutuos, el cese de operaciones de permuta y la prohibición de comprar y vender títulos en moneda extranjera, limitó a los intermediarios a transacciones de papeles en bolívares de empresas privadas.
El balance dista de lo esperado por el Ejecutivo, pues la alta inflación sigue presente, los juicios a nueve directivos de casas de bolsa se van quedando sin argumentos legales y la Bolsa Pública de Valores Bicentenaria, de la que el presidente Chávez hizo un punto de honor, no ha podido comenzar a pesar de su apertura hace cuatro meses. Expertos señalan que el mecanismo carece del principal atractivo que necesita este tipo de mercado: la confianza.
Lo inevitable La reforma de la Ley contra Ilícitos Cambiarios restringió la participación de las casas de bolsa en el mercado de divisas y le confirió al Banco Central de Venezuela la exclusividad en la venta y compra de divisas, dice el economista Alfredo Puerta.
"El gran logro del Gobierno fue convertir el control de cambio en un mecanismo mucho más estricto al eliminar el dólar permuta, que era el marcador del mercado".
Todo control, sin embargo, necesita una válvula de escape cuando tiene tantos años en funcionamiento, por eso el economista Asdrúbal Oliveros alerta que "el Gobierno acabó con el mercado de permuta pero se creó inevitablemente uno negro de operaciones con oro y notas estructuradas (combo de bonos) que es difícil de controlar".
Una fuente, que solicitó no citar su nombre, indica que al acabar con las casas de bolsa el Ejecutivo se entrampó en su propio juego. "Sólo se ha prestado para abusos de funcionarios (los interventores) y después de un año las cosas no han mejorado. No quieren entender que Cadivi y el Sitme no pueden con la presión de la demanda de divisas. No quieren aceptar que están generando negocios alrededor de los dólares preferenciales debido al diferencial tan grande que hay con el dólar negro".
La persecución La debacle del mercado de capitales ocurrió en dos partes.
La primera fue en noviembre de 2009 con la intervención del Banco Canarias, dueño de U21 Casa de Bolsa. Se le acusó de realizar operaciones trianguladas con otras casas de bolsa y con el Banco Canarias para la adquisición de dólares. Estas operaciones se hacían supuestamente- con dinero de los depositantes.
La segunda ola se produjo con la acusación a directivos de Econoinvest, Banvalor, Multinvest, Positiva y Venevalores de ejecutar operaciones ilícitas de permuta con los TICC, títulos de interés de capital cubierto. De esta manera lo que comenzó como un pase de factura a un grupo de intermediarios y altos funcionarios, relata la fuente extraoficial, se convirtió en toda "una cacería de brujas".
Una opinión de la consultoría jurídica del Ministerio de Planificación y Finanzas echó por tierra el caso al especificar que las operaciones con TICC, no son ilegales, aún con la reforma de la ley. "Ahora el Gobierno tiene dos opciones.
Llevar la causa hasta sus últimas consecuencias y jugársela en el ámbito internacional u ofrecerle una salida elegante a los imputados, en vista de que el delito no existe", asegura la fuente.
En octubre pasado estalló un caso de corrupción con el interventor de Unovalores Casa de Bolsa, Rafael Ramos de la Rosa, detenido en Estados Unidos por extorsión a uno de los directivos de la empresa.
Ramos fungía también como interventor de Italcambio Casa de Bolsa.
La bolsa socialista Desaparecido el mercado de permuta y con el Sitme, sistema de transacciones con títulos en moneda extranjera, en manos del BCV y la Comisión de Administración de Divisas como ente adscrito al Ministerio de Finanzas, su titular Jorge Giordani, emprendió la tarea de dar vida a una bolsa de valores socialista, que desde agosto pasado sonaba con insistencia, pero fue a finales de enero cuando fue abierta, aunque sin logros que mostrar hasta ahora.
Nueve operadores de valores fueron autorizados por la Superintendencia Nacional de Valores, figura creada por la nueva Ley del Mercado de Valores, para hacer transacciones con papeles comerciales y facilitar futuras nuevas emisiones de bonos. Sólo a través de la bolsa pública podrán negociarse bonos de la deuda en bolívares y dólares.
Mientras, del lado privado varias casas de bolsa están optando por entregar sus licencias y cerrar, pues la Ley del Mercado de Valores, vigente desde agosto de 2010, establece que en caso encontrarse alguna irregularidad los dueños y administradores deben responder con su patrimonio personal. Otras se mantienen con operaciones mínimas y se amparan en sus brazos internacionales a la espera de tiempos mejores.
"En Venezuela se acabó con la confianza en el mercado de valores y esa es la razón principal por la cual la bolsa pública tardará mucho en funcionar, sentencia Puerta.
El Nacional, 25/05/2011, E6, Blanca Vera