Los clientes de Econoinvest tuvieron su dinero represado sin justificación desde la intervención de la empresa. En la casa de bolsa siempre hubo recursos, en bolívares y en dólares, para pagar. Incluso, después de saldar las deudas con los inversionistas, aún sobran fondos que serán devuelto a los accionistas de la compañía después de dos años.
A todos los 4.072 clientes -entre naturales y jurídicos- con acreencias pendientes ya se les canceló en su moneda respectiva. Y para eso solo hizo falta vender los bonos que estaban registrados en la Caja Venezolana de Valores (CVV), a nombre de cada uno de los inversionistas desde antes de la intervención.
"Todos los pagos se hicieron sin necesidad de tocar un dólar de las cuentas de afuera. Habían recursos suficientes en la empresa", dijo Víctor Moreira, segundo liquidador de Econoinvest, a El Mundo Economía y Negocios.
El funcionario, que acaba de renunciar por motivos personales a la liquidación de Econoinvest y a su empleo en la Superintendencia Nacional de Valores (Sunaval), hizo en un trimestre lo que la junta liquidadora anterior no logró hacer en casi año y medio.
Le bastaron tres meses para pagarle a todos los clientes naturales, y otros tres meses más para cancelar las deudas con empresas y proveedores. Y esto sin utilizar las cuentas que tiene la compañía bursátil fuera de Venezuela.
La ex interventora y liquidadora Nahunimar Castillo reconoció durante su gestión que el motivo de la liquidación "no fue por déficit en sus balances". Nunca los pasivos superaron los activos de la compañía.
A pesar de eso, fue Moreira - aún liquidador actual- el que desembolsó $25,5 millones para cancelar a 1.415 personas naturales con inversiones en dólares y a otros 600 clientes, entre jurídicos y proveedores. También otros Bs. 56 millones para inversionistas en bolívares rezagados.
Este funcionario, como responsable legal de la casa de bolsa, vendió los títulos valores que estaban en la CVV como respaldo de las operaciones a un solo operador internacional y, con el apoyo de la Caja de Valores, transfirió a las cuentas en el extranjero de cada cliente sus respectivos dólares.
"Como liquidador tuve que agilizar ese proceso directamente. Primero se vendieron los de más fácil liquidación a un solo operador internacional que facilitó todo, con lo que se generaron los recursos necesarios", señaló.
Después de cancelarle a todos los acreedores, la empresa sigue con un patrimonio sólido. De hecho, ahora la Superintendencia Nacional de Valores (Sunaval) debe crear un fideicomiso con los recursos que quedaron en la compañía. Se trata de un fondo millonario, pues sólo en bienes se registran Bs. 100 millones, según indicó Moreira a Emen.
"La empresa, patrimonialmente, todavía quedó con mucho dinero y muchos activos", expresó.
Sin embargo, la constitución de ese fideicomiso no recaerá en sus hombros, después de que se oficialice su renuncia. La culminación de la liquidación de Econoinvest quedará a cargo de Julio César Suárez, consultor jurídico de la Sunaval, según indicaron fuentes vinculadas.
Por dos años este fideicomiso puede usarse para cualquier deuda que surja, más allá de las que ya fueron encontradas en la liquidación y que fueron saldadas por Moreira. Al término de ese plazo, el dinero con el que se constituya este fondo deberá ser devuelto a los accionistas de la empresa, según establece el marco regulatorio.
"Todo el resto del dinero disponible se debe colocar en el fideicomiso por dos años, a la orden de los accionista de la empresa; y si en esos dos años no aparece ningún pasivo oculto o acreencias que no fueron calificadas en su momento, el dinero se devuelve a los socios", explicó Moreira.
La accionista mayoritaria de Econoinvest Casa de Bolsa es Econoinvest Capital que, a su vez, pertenece a 420 accionistas, según los registros de esta compañía, incluidos los cuatro directivos que resultaron detenidos en la intervención: Herman Sifontes, Juan Carlos Carvallo, Ernesto Rangel y Miguel Osío.
Gestiones diferentes
Econoinvest fue intervenida en mayo de 2010, y cuatro meses después, en septiembre, se decidió su liquidación. En octubre de ese año comenzó el proceso de entrega de solicitudes de acreencias; todo esto bajo la gestión de Nahunimar Castillo, la primera interventora y liquidadora.
La evaluación de esas deudas debía finalizar en noviembre de 2010, pero eso no ocurrió sino el 5 de mayo del año siguiente, cuando se publicó la lista en la prensa nacional con las peticiones de deudas aprobadas y las rechazadas; además de las fechas de pago del primer lote de clientes (2.057) que cobraría sus inversiones en bolívares.
Hasta ese momento, la información enviada a los clientes desde la junta liquidadora y desde la Superintendencia de Valores, era que el pago sería en bolívares para todos, tuvieran inversiones en moneda local o no.
El argumento se basó en las nuevas normas de liquidación que entraron en vigencia en 2010, bajo la gestión -aún actual- de Tomás Sánchez, presidente de la Sunaval. La tenencia de dólares en los balances de la compañía era un fundamento que quedó en segundo plano.
La presión llegó desde arriba. Durante el primer trimestre de 2011, desde el ministerio de Planificación y Finanzas, llegó una carta dirigida a la junta liquidadora de ese momento, que encabezaba Castillo. Contenía ocho preguntas precisas que debían responderse sobre el estado del patrimonio de la empresa y las razones por el retraso de los pagos a los clientes.
Inversionistas habían enviado comunicaciones a ese ministerio y al Banco Central de Venezuela (BCV), quejándose de la situación; además de otras denuncias formales que grupos de inversionistas introdujeron al Ministerio Público.
En septiembre se produjo la salida de Nahunimar Castillo y la entrada del segundo liquidador, Moreira. En cuatro meses, canceló sus dólares a los 1.410 clientes naturales que faltaban; y en marzo de este año, a los 600 jurídicos y proveedores.
"Cuando la empresa es deficitaria, y además no tiene divisas, es cuando se procede a cancelar en bolívares, al tipo de cambio actual que es, en este caso, Bs. 4,30 por dólar. Pero si tiene fondos y divisas, se paga en esa misma moneda", explicó.
Y esto, según Moreira, no venía a lugar en el caso de Econoinvest, donde había dólares y patrimonio más que suficientes para cancelar.
Inversiones con respaldo
Cuando en febrero de 2010 se eliminan los instrumentos financieros llamados mutuos (varios préstamos de dinero con un solo título valor de garantía), algunas casas de bolsa como Econoinvest plantean a sus clientes la posibilidad de invertir en reportos, otra operación para seguir invirtiendo. Muchos acogieron esa opción.
En un país con bajas tasas de interés para el ahorro, con control de cambio y un alto índice de inflación, no era sorprendente que las personas buscaran invertir su dinero en cualquier otra alternativa más atractiva.
El reporto se efectúa cuando un cliente invierte una cantidad de dinero, ya sea en bolívares o en dólares, en una entidad financiera o en una casa de bolsa, y esta empresa bursátil le paga intereses por ese monto y además le concede un título valor a su nombre para respaldar la operación.
Los balances de Econoinvest en la Caja de Valores -el custodio- mostraban el registro de una cuenta restringida con los títulos que garantizaban esas nuevas operaciones.
La junta liquidadora, la primera de Nahunimar Castillo, tuvo acceso a esa cartera de títulos y los movió de la cuenta restringida, donde estaban registrados a nombre de los clientes, para pasarlos directamente a nombre de Econoinvest. Ese intercambio de titular directo y la existencia de ese portafolio de títulos se reflejaba en los estados de cuenta de la casa de bolsa en la Caja de Valores.
En la CVV aceptaron esa transferencia, basándose en la ley que los rige como custodio, la cual plantea que si esto se solicita para agilizar el pago a los afectados por una intervención, el procedimiento debe ser permitido. Pero eso ocurrió en el último trimestre de 2010, y los pagos a los clientes no llegaron en esa fecha, ni tampoco en el trimestre siguiente.
La explicación del Superintendente de Valores por el retraso era que el montaje de estos reportos no se realizó de la manera correcta por la gerencia de Econoinvest antes de su intervención. Aseguraba que un título valor respaldaba varias transacciones, lo que puede interpretarse como un déficit en estas operaciones.
"No estaban bien montados", le dijo Tomás Sánchez a este diario el 21 de octubre de 2011. "Mucha gente pensaba que tenía un título y ya había sido liquidado", agregó en ese momento.
Sin embargo, el liquidador que designó Sánchez para que agilizara los pagos en Econoinvest, luego del llamado de atención del alto gobierno, canceló todos los reportos con esos bonos de garantía que estaban en la CVV.
Pero no solo agilizó este proceso, sino también la liberación de los bonos de casi 1.000 clientes que todavía tenían títulos en la Caja de Valores, registrados a su nombre, pero sin autorización de la junta liquidadora para tener acceso a ese portafolio, y a los intereses que generaban por cupón.
Además culminó los pagos de los bonos cambiarios, que fue un proceso aún más rápido. Se trataba de los títulos emitidos por el BCV a principio de 2010, cuyo último vencimiento fue en julio de ese año, pero que se cancelaron con un año de retraso (mayo 2011) a quienes compraron esos papeles al ente emisor.
TSJ sigue sin decidir si evalúa el caso de esta casa de bolsa
Los cuatro directivos de Econoinvest que quedaron detenidos cuando el Ejecutivo decidió la intervención, Herman Sifontes, Juan Carlos Carvallo, Ernesto Rangel y Miguel Osío, esperan la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) sobre la solicitud que hizo su defensa para que el máximo tribunal evalúe directamente el procedimiento que se le ha dado a su caso.
Hace 11 meses la Sala de Casación Penal del TSJ decidió admitir la petición hecha por los abogados. Pero desde entonces no ha informado si en efecto se avocará al caso, lo que implicaría una revisión del expediente y su procedimiento o si, por el contrario, devolverá el caso a los tribunales respectivos, por no encontrar ninguna irregularidad.
De ser así, el proceso regresaría a la etapa en donde quedó, que era la elección de los escabinos, y el Juzgado Quinto de Juicios decidiría la fecha de inicio de la primera audiencia formal.
Tampoco han ido a juicio los otros seis directivos detenidos de otras cuatro casas de bolsa: Multinvest, Banvalor, Positiva, y Venevalores.
Los detenidos son acusados por l a Fiscalía de "comercialización indebida de divisas, y agavillamiento". CC
El Mundo, 19/03/2013, 6-7, Carjuan Cruz