lunes, 2 de mayo de 2011

Joaquín Marta Sosa: "Es una política de libros no libres"

Saldo negativo. Eso es lo que ha arrojado la intervención de la Fundación para la Cultura Urbana (FCU), desde el pasado 20 de julio del 2010. Así lo afirma Joaquín Marta Sosa, miembro directivo de la FCU. En número, esto se traduce en la retención de un poco más de dos millones de bolívares y de 35 mil ejemplares de libros.

Para el 2011 se habían aprobado la salida de 40 títulos. Pero nada de esto sucederá. Desde que la Junta Interventora de la casa de bolsa Econoinvest -principal patrocinante de la FCU- cambiara las cerraduras de las oficinas de la institución, ubicadas en el edificio Mene Grande, el proceso editorial de la fundación ha ido caminando con cierta lentitud, mas no se ha detenido.

"Hay un saldo que pesa muy negativamente: el hecho de que un poco más de 30 mil ejemplares de las obras de la fundación se nos ha prohibido, a través de su secuestro, venderlas o colocarlas en el comercio. De hecho, se trata de una especie de confiscación de los bienes de los cuales no puede disponer la fundación, que en estos momentos no tiene un patrocinante como lo tuvo en el pasado. ¡Es un hecho crucial que pesa muy negativamente! Pesa negativamente que a lo largo de este año ningún intelectual vinculado al gobierno, que tenga cargos oficiales, haya dicho una sola palabra de apoyo ante un acto que es evidentemente arbitrario e injusto. Una fundación por el hecho de tener unos patrocinantes la condenan y la intenta llevar a la quiebra", afirman Joaquín Marta Sosa quien acaba de lanzar de la mano de la Sociedad Amigos de la Cultura Urbana, la colección de cuentos No todos los días son felices, siendo así el libro número 101 de la FCU.

-Incluso, el ministro Francisco Sesto ha calificado de forma negativa a la Fundación por las relaciones con Econoinvest...

-La única tacha que los oficialista le hacen a la fundación es que estaba vinculada a Econoinvest. Vale la pena señalar que todavía, a estas alturas, a los directivos de Econoinvest y a la empresa no se le han probado delito alguno. En el último minuto el intento de acusación del juez cambió por otro tipo, porque ese era imposible de probar. Aunque, pongamos eso de lado. Un intelectual, sea cual fuere su posición política, tiene la obligación moral y cultural de defender el libro. Y como alguien ha dicho: ésta es una manera un poco inédita de quema de libros. Claro, en vez de quemarlos los pones presos.

-¿En qué Gobierno se dejan retenidos más de 30 mil ejemplares de libros? 

-Este es el primer caso que conozco en el mundo. Los nazistas, los fascistas agarraban los libros y los quemaban. El libro desaparecía convertido en humo y en cenizas. ¡Estos los ponen presos! Ahora, ¿sabes por qué creo que no se atreven a quemarlos? Por lo que yo llamo 'la mala conciencia': eso que están haciendo está mal hecho; de que eso es ilegal, que no tiene manera de ser defendido ni soportado de ningún modo. Entonces, en vez de deshacerse de los libros los ponen presos. Están allí, no los hemos matado, fusilado.

-¿Qué se gana con eso? 

-¡Nada! Desde mi punto de vista es una mancha para el gobierno. Si el gobierno pensará políticamente qué le reporta esto para sus intereses políticos, de mantenerse a largo plazo hegemónicamente en el poder, no le reporta absolutamente nada. Ni un gramo de más apoyo o más poder. Al contrario, es una fisura en la imagen cultural, intelectual e incluso moral que el gobierno representa en el país. Si se dice que es un gobierno revolucionario y de izquierda el comportamiento ante el hecho cultural de la Fundación para la Cultura Urbana pertenece a los comportamientos históricos de la ultraderecha o de los ultrarreaccionarios.

-Se han encargado de entregar ejemplares de El Quijote o Los Miserables. ¿Cuáles son los libros que le importan al gobierno?

-Los libros literarios importantes y clásicos, como El Quijote, que ellos piensa que ideológicamente son anodinos. El Quijote desde el punto de vista moral es una obra que inaugura la moral de resistencia, la moral de oposición. En ese sentido es una novela subversiva. Ellos piensan lo contrario y se equivocan. De resto son obras más o menos rutinarias de la ideología reseca del marxismo-leninismo, del guerrillerismo y otras cosas, salvo que los autores sean incondicionales a este gobierno. En este caso la política del libro no puede ser sino una política que haga libre al libro. Como dijo Vargas Llosa: 'el libro no es más que un modo de ser libre'. Cuando haces una política donde hay libros que en principios están excluidos, que no facilitas su circulación, estás haciendo una política falsa. Estás haciendo una política de libros no libres, porque escoges y seleccionas a autores según tus propios intereses culturales, morales e intelectuales.

-¿Qué está haciendo la Sociedad de amigos para recuperar los libros retenidos? 

-Hemos hecho una larga, larga tarea de persuasión de conversación con gente del mundo intelectual, del mundo cultural vinculado al gobierno para tratar de que ellos interviniesen como componedores del entuerto. A lo largo de casi un año no ha dado resultado alguno. La respuesta ha sido la misma: déjame ver qué hago. Ahora hemos decidido tomar otra vía que es la de requerir de una manera formal la devolución de todos los bienes de la Fundación, que han quedado secuestrados. Esas cartas han sido entregadas a nuestros abogados.

-¿Dirigida a quiénes?

-Dos cartas con el mismo contenido. Una para Tomás Sánchez, superintendente general de bancos, y la otra para Nahunimar Castillo, la interventora de Econoinvest. Y si con esta carta no obtenemos una respuestas directa de la liberación de los bienes que se pide, tendremos que proceder por la vía legal de una demanda para ambos. Luego de esta demanda, suponiendo que no haya respuestas, iremos a instancias superiores. Incluso, eventualmente, iremos a instancias culturales como la Unesco. Todo eso está en el camino de ahora en adelante.

-¿Esto es rencor cultural?

-Si los miembros de la fundación hubiésemos dicho en algún momento que este gobierno es formidable, te aseguro que no hubiese sido intervenida la fundación. En el sentido más individualista y personal existe algo de envidia por parte de la gente del sector público que veía una competencia que para ellos era imposible de igualar. Hemos publicado más libros que sus editoriales.

El Universal, 02/05/2011, Dubraska Falcón, Fuente original