En la audiencia que se realizó ayer por el juicio a los cuatro directivos de Econoinvest, el Superintendente Nacional de Valores, Tomás Sánchez, declaró en condición de testigo y señaló que la denuncia hecha por él hace dos años se refería solo a operaciones sin bonos de por medio, y no a las transacciones hechas con Títulos de Interés y Capital Cubierto (Ticc), previstas en la Ley.
La denuncia entregada por Sánchez en mayo de 2010, desató el cierre del mercado de valores.
Durante el juicio que se ha llevado a cabo desde junio de este año en el Tribunal Quinto a los cuatro directivos de Econoinvest, Herman Sifontes, Juan Carlos Carvallo, Miguel Osío, y Ernesto Rangel, la Fiscalía los ha acusado de supuesta comercialización ilícita de divisas, por utilizar ese mecanismo (Ticc).
Los cuatro directivos son enjuiciados en libertad, después de que se admitiera una medida cautelar con privativa de salir del país. Y, aunque en efecto Sánchez reiteró que en esa primera y única denuncia no estaba incluida Econoinvest, los directivos de esa casa de bolsa estuvieron dos años y siete meses detenidos, hasta el pasado 29 de diciembre.
Sánchez indicó que procedió a realizar su denuncia, además de las operaciones sin títulos valores, por la especulación que se estaba dando en los precios de los papeles, y por el uso del sector de un vebroker.
Se refiere a un sistema de referencia de precio, llamado "cajita", que era usado por algunos actores del sector, pero a través del cual no se podía realizar o transar ningún tipo de operación con fines cambiarios o de otro estilo.
En cuanto a Econoinvest específicamente, Sánchez reiteró en su declaración como testigo que la intervención de esta casa de bolsa se dio a causa de la detención de los directivos, ya que al estar estos ejecutivos presos, el órgano regulador debía resguardar el patrimonio de los mismos socios, y de los clientes. La defensa de Econoinvest ha señalado que todas sus operaciones se hicieron con títulos.
El valor implícito
Tomás Sánchez reiteró en su declaración que en las operaciones no se podía comprar un bono a un precio para que fuese vendido a un valor más bajo, lo que a su juicio producía la especulación en el precio de la divisa.
El funcionario señaló que la tasa ímplicita en que llegó a quedar el dólar en esas transacciones era alta, sin embargo, no especificó cuál sería el valor razonable para negociar esos papeles.
En las operaciones de deuda pública arrojan un valor implícito del dólar, con el que es negociado al final el bono.
El Mundo, Carjuan Cruz, 23/01/2013, 20