domingo, 1 de julio de 2012

Venezuela no reconoce la categoría de 'prisioneros políticos', pero hay varios casos emblemáticos (El Tiempo, Colombia)


Cuando se dice que la justicia en Venezuela tiene los ojos abiertos es una apreciación baladí hasta que se conocen los casos de los presos políticos, un término que el Gobierno no reconoce, y que en más de una ocasión el presidente Hugo Chávez se ha apurado en detallar: "Aquí lo que hay son políticos presos".
Más de dos docenas de casos pueden documentarse en esa categoría, pero tres despuntan por la magnitud de las irregularidades judiciales cometidas, la falta de elementos incriminatorios, el tinte político de las acusaciones y la crueldad de los encierros. Incluso personajes de cierta influencia dentro del chavismo han pedido (tímidamente, eso sí) alguna resolución a estas detenciones.
Especialmente tras las declaraciones del exmagistrado Eladio Aponte Aponte, seguidor de la "revolución" caído en desgracia, quien desde Estados Unidos  afirmó hace dos meses haber recibido y ejecutado "órdenes de arriba" para torcer la justicia a conveniencia del Gobierno.
Sobre esos casos se han pronunciado colegios de abogados, asociaciones de juristas y la propia Organización de Naciones Unidas.




Simonovis: solo 5 horas de sol al mes
Junto a otros dos comisarios y ocho funcionarios policiales, el experto en criminalística Iván Simonovis cuenta siete años y siete meses preso. Se le condenó por supuesta complicidad con miembros de la Policía Metropolitana -regida entonces por un alcalde opositor- en el asesinato de dos de los 19 venezolanos muertos que dejó la revuelta del 11 de abril del 2002 y que devino en el breve golpe de Estado contra Chávez.
Durante este tiempo solo ha podido recibir la luz del sol cinco horas al mes. Por ley, desde hace un mes, tiene derecho a trabajar fuera de la cárcel y regresar a dormir allí, pero le ha sido negada esa petición, así como la medida humanitaria de ser atendido de urgencias por quebrantos de salud. Eso fue esta semana.
Apresado en noviembre del 2002 y tras haber sido sometido a uno de los juicios más largos de la historia venezolana (3 años y 4 meses), Simonovis fue sentenciado a 30 años, la pena máxima de la justicia de este país, sin derecho a aliviarla. La jueza de su causa fue la hermana del actual ministro de Interior y Justicia, Tareck El Aissami.
Unos 196 testigos y 42 expertos llamados a declarar no nombraron a Simonovis como responsable directo o indirecto del tiroteo que ocurrió entre policías, miembros de la Guardia Nacional y manifestantes ese día.
Tampoco apareció en ninguna de las 5.700 fotos procesadas, ni se publicó un sonido que diera cuenta de su participación o complicidad.
Un grupo de manifestantes pro oficialistas, grabados disparando ese día, fueron juzgados en 4 meses y absueltos, y a otro gran número de implicados se les dio una amnistía.
Simonovis, a quien el encierro le ha ocasionado una severa osteoporosis que amenaza con parálisis, tiene riesgo de fractura cervical y lumbar.
"En la cárcel solo hay días malos o días peores. Tengo tres hijos. Sencilla y tristemente nos hemos perdido de todo. Duelen los recuerdos, las libertades cortadas, un frío silencio, barrotes es lo que te acompaña. Pero ese dolor te fortalece el alma", dijo a EL TIEMPO desde la cárcel.

Cárcel por capitalistas
Hernán Sifontes, Miguel Osío, Ernesto Rangel y Juan Carvallo son los cuatro directivos de lo que fue la casa de bolsa e inversiones más grande de Venezuela: Econoinvest.
Fueron apresados el 24 de mayo del 2010, sin orden judicial previa, y están recluidos sin que su juicio haya comenzado.
El 23 de mayo de este año, cumplidos los dos años que establece la ley venezolana como el tiempo máximo en que una persona puede estar presa sin juicio, el juez decidió en solitario (sin audiencia ni la fiscalía acusadora o la defensa, como ordena la ley) extender esa detención dos años más.
La Fiscalía los acusa de cometer ilícitos cambiarios a través de su empresa -en Venezuela existe un control de divisas que impide la libre compra y venta de moneda extranjera-, pero en los expedientes no constan las pruebas.
La empresa, valorada en 200 millones de dólares, fue intervenida por comisiones gubernamentales y hay videos que muestran que el mobiliario y las obras de arte fueron saqueados.
Sobre su caso, el exmagistrado Eladio Aponte Aponte confesó que retrasó un año la orden para iniciar el juicio. Los directivos padecen de trastornos gastrointestinales y depresión, y algunos dan clases de inglés a los militares que los custodian.
Sobre ellos se pronunció la Comisión contra la Detención Arbitraria de la ONU, ordenando su inmediata liberación por falta de pruebas y dilación ilegal. El juez que llevaba el tema renunció esta semana, un día después de la fecha de inicio del juicio.

María Lourdes Afiuni, por cumplir la ley
El caso más emblemático, quizás, es el de la jueza María Lourdes Afiuni. Fue apresada en el 2009 por liberar -previa sugerencia de la ONU- a un empresario que ya tenía dos años detenido sin juicio. La han acusado de coadyuvar la fuga sin que hasta ahora se haya mostrado una sola prueba. El presidente Chávez pidió para ella, -"esa bandida"-, en un acto público, "30 años de prisión". El juez que lleva su caso, Alí Paredes, es oficialista y está inscrito en el partido de gobierno, por lo que la jueza se ha declarado en "desobediencia civil" (amparada por el artículo 350 de la Constitución) y se niega a entrar a juicio.
Su caso ha sido condenado por Naciones Unidas y colegios de abogados de América Latina y Europa han exigido su liberación.
Sufrir un tumor le ha valido que le den casa por cárcel, pero no puede ni tomar el sol.
"Esto es una versión de Auschwitz": Ivan Simonovis
¿Podría describir usted las condiciones de su encierro?
Hace 7 años y 7 meses fui recluido en la sede de la policía política venezolana. Esto no es un centro de reclusión, es una sede policial. Sin embargo, aquí he permanecido durante todo este tiempo. Estoy en un monasterio de la oscuridad, solo tengo acceso a 5 horas de sol al mes y las salidas al sol comenzaron hace menos de 5 años. Es decir, en estos 7 años 7 meses solo he podido tener acceso 13 días a luz y aire natural.
La distribución es así: hay un calabozo para 8 presos, un área de 50 metros donde nos ejercitamos o conversamos y 2 pasillos de 25 metros de largo y 1 y medio de ancho con 10 calabozos. Hay un solo por baño por pasillo, cuando nos cierran en las celdas debes hacer las necesidades en envases y luego esperar que abran para ir a botarlo en el baño.
No hay ventanas ni ingresa ni aire ni luz natural. Todo es cerrado con paredes de concreto y luz de neón. Mi vida transcurre en un calabozo de 2x2 metros en el pasillo 'B'. Más allá de tu propia creatividad no hay actividades que te permitan llevar a cabo un desarrollo físico o mental según los protocolos internacionales de los sistemas carcelarios.
Las consecuencias de este encierro es una avanzada degradación ósea por falta de luz solar. Es como estar en eso que llaman corredores de la muerte, los sitios donde colocan a los delincuentes que han sido sentenciados a morir. Esto es una versión actualizada de Auschwitz.
¿Cómo se explica su caso?
Por los hechos del 11 de abril del año 2002 me tocó enfrentar un juicio de 3 años y 4 meses. Fueron 231 audiencias, se analizaron 265 experticias, 72 pruebas documentales, se vieron 5.700 fotografías. Pero ni esto, ni la declaración de 196 testigos y 42 expertos dieron fe que yo tuviese responsabilidad alguna por lo sucedido éste fatídico día. Por otra parte, las personas que se encontraban en los alrededores del Palacio Presidencial (Miraflores) y que fueron detenidos por disparar contra la manifestación (así fue transmitido al mundo entero) asistieron a un juicio que duró 4 meses y fueron absueltos. Más allá de lo que yo pueda yo, los invito a buscar las tomas hechas por la televisora venezolana Venevisión cuando esos pistoleros disparaban indiscriminadamente contra los marchistas.
Además de estas personas, durante el juicio se identificaron otros 67 pistoleros (chavistas) también disparando contra la Policía Metropolitana y los manifestantes. Estos 67 pistoleros fueron beneficiados con una ley de amnistía del año 2007 decretada por Hugo Chavez.
La Fiscalía me acusó de haberle entregado armas de fuego a los funcionarios de la Policía Metropolitana y de haberle girado instrucciones para que usaran las armas pero ningún funcionario policial declaró que yo le haya entregado arma alguna, mi cargo era Secretario de Seguridad Metropolitano, es como el de un Ministro de Justicia, pero con competencia solo en Caracas. Esa acusación no tenía el menor asidero. Respecto a las órdenes por radio, la Fiscalía no demostró ni presentó ninguna prueba donde yo apareciese girando instrucciones ni vía radiofónica, ni vía telefónica y mucho menos personalmente. Sin embargo, fui sentenciado a 30 años de prisión.
Es importante destacar ese día fallecieron 19 personas y hubo mas de 100 heridos. A mi y al resto de los compañeros se nos atribuye la responsabilidad de 2 de esas muertes y de una veintena de heridos. Es decir, aun falta por esclarecer 17 homicidios y no menos de 80 casos de heridos. Así funciona la justicia en Venezuela.
¿Cuáles son las dolencias que lo aquejan?
Luego de 3 años pidiendo ser evaluado médicamente para constatar mi precario estado de salud, fui trasladado a un hospital y los exámenes médicos (practicados en septiembre del 2011) detectaron a través de una densimetría ósea que tengo una fractura a nivel cervical y riesgo de fractura a nivel de la columna lumbar, así como a nivel del fémur izquierdo, pues mi densidad mineral ósea está por debajo de los valores normales para un paciente de mi edad.
Esto es definitivamente consecuencia de las condiciones de reclusión en las que me encuentro, por la falta de exposición a los rayos ultravioleta de la luz solar responsables de la producción de vitamina D. No se pueden identificar otras patologías porque no se me permite realizar otros exámenes
¿Cómo se siente física y emocionalmente?
En la cárcel solo hay días malos o días peores. Fui secuestrado por el régimen de Hugo Chavez el 22 de noviembre del 2004, mi vida no cambió, se detuvo. Tenía una hija de 20 años y 2 niños (uno de 11 y otra de 7 años) y a mi esposa Bony. Esos niños ahora tienen 19 y 15. Bony ha tenido que cargar sola con esa responsabilidad, con la casa, mi defensa en el juicio, atender a los medios etc.
¿Sabes lo que representa para un ser humano pasar de niño a adolescente si un padre? Perdimos la cuenta de cumpleaños, bautizos, primeras comuniones, graduaciones, reuniones familiares, navidades, cines, almuerzos, vacaciones, enfermedades... tristemente nos hemos perdido de todo. Duelen los recuerdos, duelen de las libertades cortadas, un frío silencio, concreto y barrotes es lo que te acompaña. Sin duda duelen los recuerdos, pero también ese dolor te fortalece el alma.
En lo personal, me he fabricado un modelo mental que consiste que cualquier juicio de valor sobre lo justo o lo injusto no tiene aplicabilidad ante este alevoso régimen. Mi obligación es sobrevivir a esta barbarie judicial, nunca hundirme, no abandonar y luchar hasta conseguir mi libertad. Hasta ahora, ha sido posible soportarlo gracias al infinito amor, paciencia y comprensión de mi familia.
¿Por qué considera usted que fue condenado sin posibilidad de alivianar su pena?
Cuando el campo de lo justo se deja en manos de lo arbitrario, la paranoia termina presidiendo el comportamiento humano. Luego desaparecen los limites de la demarcación de principios y valores. De allí en adelante el poder y la necedad es lo único que manda.  Cuando te conviertes en prisionero político siente escaso respeto por la legitimidad del régimen opresor, La legitimidad en que descansa este gobierno es arbitraria y tiránica. En consecuencia es una legitimidad ilegítima.
¿Siente que hay ensañamiento en su contra?
No es solo mi caso en Venezuela, hay más de 40 presos políticos, algunos menos emblemáticos que otros, muchos prefieren callar por temor a lo que pueda suceder a sus familias. Pasan de 5.000 las personas sometidas a presentación periódica en tribunales, solo para tenerlas amedrentadas. La arquitectura del estado aparenta ser democrática pero en la práctica todo el control y poder del estado está en el puño de hierro del presidente de la república. El sistema de justicia es utilizado como mecanismo de intimidación, terrorismo psicológico, ni jueces ni fiscales son autónomos, por el contrario, son órganos totalmente flexibles a los intereses del partido de gobierno en especial a los del presidente Hugo Chavez.
Usted fue comisario, profesional de la seguridad, ¿por qué cree que es un preso político?
Me formé en el Cuerpo Técnico de Policía Judicial. Desarrollé mi carrera en el campo de la Investigación Criminal, hice pasantías en la Policía del Estado de Nueva York, Federal Alemana y Policía Nacional de Francia, con especialidad en antiterrorismo. Asistí a diversos entrenamiento en Estados Unidos. Por esta razón, en el año 2000, por instrucciones del Ministro de turno fui enviado a la Alcaldía Mayor, a cargo de Secretario de Seguridad Ciudadana. Coordinaba con la Policía Metropolitana y demás organismos policiales, incluidos Defensa Civil y Cuerpo de Bomberos, la seguridad en toda la capital.
Pero a este gobierno no le interesa tener profesionales en ninguna materia, solo individuos que cumplan las órdenes del Presidente. Esa es una de las razones por las cuales la delincuencia se ha posicionado y se ha tomado barrio y urbanizaciones. Luego de 15 planes de Seguridad y 12 ministros de justicia en Venezuela asesinan a 2 personas por hora.
En el año 2011 murieron 19.336 personas en manos de la violencia. Entre 1999 y el 2009 los casos de secuestro se incrementaron de 44 casos a 730, esto sin incluir las cifras negras casos no denunciados, un fracaso total en políticas de seguridad pública.
Ni fui, ni soy, ni seré arlequín de político alguno, mucho menos de un nuevo caudillo latinoamericano. Fui crítico de los errores en política criminal que intenta implementar este corrupto gobierno, eso me valió ser estigmatizado perseguido y secuestrado por la justicia bolivariana. Los casos de índole político son controlados por jueces vinculados con los intereses de Hugo Chávez, esto incluye el ingreso, ascenso y permanencia como jueces, está todo supeditado a su fidelidad.
Cuando un país entra en esta descomposición, uno de sus principales síntomas es la politiquería de la justicia. Finalmente, es de dominio público y comunicacional la presencia en nuestro país de guardias revolucionarios iraníes así como yijadistas de Hamas Hezbolá, además de la presencia de tropas cubanas incluyendo al inefable servicio de inteligencia el G2. No menos preocupante es la existencia de campamentos de las Farc en territorio venezolano, así como la información sobre entrenamiento de terroristas etarras.

El Tiempo, 01/07/2012, Valentina Lares Martiz (Corresponsal), enlace al original