Según fuentes vinculadas al caso, los recursos congelados son cercanos a los 40 millones de bolívares fuertes más 390.000 dólares. Se trata de inversiones que la sociedad decidió realizar con autorización de los asociados e incluso de la Superintendencia de Cajas de Ahorro.
Son varias las casas de bolsa en las que esta caja de ahorro, al igual que muchas otras del país, tenían portafolio. Con la idea de diversificar los recursos, invertían a través de varias empresas bursátiles, por lo menos unas 12. Sin embargo, el dinero congelado se mantiene retenido por las juntas liquidadoras de las casas de bolsa La Primera, Interacciones, y Econoinvest. Y una mínima cantidad en el banco comercial Banvalor, en proceso de intervención.
La caja de ahorro del Ministerio de Relaciones Exteriores tiene 65 años funcionando, con una estructura organizativa bien gerenciada, en donde el mismo canciller de la República, Nicolás Maduro, es socio, al igual que todos los ministros que han pasado por el cargo.
Según fuentes cercanas al caso, los esfuerzos de esta caja de ahorro para recuperar el dinero retenido no han parado. Desde notificaciones a varias de las autoridades financieras del país, hasta comunicados directos al superintendente nacional de valores, Tomás Sánchez.
De hecho, este funcionario les envió una carta al culminar el primer semestre del año pasado, en la que les indicó que estaba al tanto de la situación y que se realizarían los trámites pertinentes. Sin embargo, hasta ahora, el pago no se ha hecho. Ninguna de las juntas liquidadoras de las tres casas de bolsa en donde esta caja de ahorro tenía inversiones ha cancelado.
Para esa misma época (junio de 2010), desde la junta liquidadora de Econoinvest -en ese momento interventora-, se les prometió que el pago saldría en un mes como máximo. Desde ese momento han pasado nueve meses, y el pago no se ha hecho. Hasta ahí llegó el contacto de esa caja de ahorro con los liquidadores e interventores.
Esta caja de ahorro tenía inversiones que implicaban captaciones en efectivo, como los mutuos en el caso de La Primera. Cuando intervinieron a esta empresa bursátil, en enero de 2010, aún no estaban prohibidos estos instrumentos financieros.
En el caso de las otras dos -Interacciones y Econoinvest- se trataba de reportos. Es decir, otras transacciones en las que se invierte efectivo para obtener mejor rentabilidad, a cambio de unos títulos valores en garantía.
De hecho, en el caso específico de Econoinvest, existía una cuenta restringida en la Caja Venezolana de Valores (CVV) con los bonos que respaldaban esas operaciones; de los cuales cada inversionista, incluso cada caja de ahorro, tiene certificado.
La situación de la caja de ahorro de la cancillería se repite en otros organismos públicos, como el ministerio de Educación, el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat); el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin); y hasta el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Banco Central de Venezuela (BCV), cuyas cajas de ahorro tienen inversiones retenidas en distintas casas de bolsa intervenidas o en liquidación.
Es que las cajas de ahorro venezolanas ya tenían una cultura de inversión en el mercado da valores, que comenzó con el incentivo que desde la misma Superintendencia de Cajas de Ahorro se impulsó en la última década.
Incluso, luego de la eliminación de los mutuos, muchas de estas asociaciones recurrieron a los reportos, debido a la alta liquidez que les provocó el desmonte de los mutuos en el primer trimestre del año pasado. Y, además, muchas recurrieron a la figura, luego de que algunos bancos locales no pudieran recibir las altas cantidades de dinero que ingresaron en ese momento a los balances de las cajas de ahorro del país.
El Mundo, 15/04/2011, 18, Carjuan Cruz