Este miércoles, 16 de febrero, apareció en El Nacional una nota firmada por Andrés Rojas Jiménez cuyo título expresaba la gravedad del contenido: “Clientes sólo recibirán 50% de la inversión”. Ya en el primer párrafo el lector quedaba enterado de cuál es el colectivo de ahorristas que había sido desmedrado. “Los funcionarios a cargo de la junta de intervención y liquidación de Econoinvest prevén comenzar a pagar a los tenedores de títulos en divisas, pero en moneda nacional a la tasa de 2,15 bolívares, que estuvo vigente hasta principios de 2010 y no a la actual paridad de 4,30 bolívares”.Esto implica que la junta liquidadora de Econoinvest Casa de Bolsa está participando a los ahorristas cuyos portafolios tenían Reportos en dólares, que les cancelarán con bolívares a la extraña tasa de 2,15 bolívares por dólar, lo cual no cubre ni el 50% de sus ahorros.
¿A qué este nuevo abuso de los señores Tomás Sánchez, presidente de la Superintendencia Nacional de Valores, el abogado Carlos Araujo, la interventora Nahunimar Castillo y demás interventores y liquidadores de la empresa?
Aún no han explicado la aberración que se cometió al vender TICCs por casi 60 millones de dólares dos semanas antes de la devaluación, lesionando gravemente el patrimonio de la empresa y comprometiendo la gestión del inmaculado monje Jorge Giordani. Y ahora anuncian, a unos clientes desesperados porque no les pagan sus ahorros, que los van a esquilmar pagándoles la mitad de sus acreencias.
Cuando se intervino la empresa estaba sana. Rebosante de activos. Se procedió a su liquidación vulnerando todos los preceptos legales, paradójicamente con el pretexto de salvaguardar los intereses de los clientes, que nunca estuvieron en peligro durante la gestión de sus legítimos dueños. Ahora comienzan a colar la idea de que no hay caja para cumplir con los clientes.
Econoinvest mantenía un total de US$ 40.332.595 en títulos de la República y PDVSA sólo para garantizar $22,988,330.27 en reportos de un total de 1553 clientes.
Los reportos quedaron pendientes de pago luego de que la Comisión Nacional de Valores prohibiera la negociación de Títulos en Dólares el 18 de mayo de 2010. A partir de esa fecha, los Reportos con vencimientos pendientes (total de reportos que debía cancelar Econoinvest a sus clientes) alcanzaban un total de US$ 22.988.330,27. La garantía duplicaba la deuda de estos 1553 clientes.
Durante el proceso de intervención, los clientes tenían bonos en dólares en la Caja Venezolana de Valores como garantía de sus reportos. La propuesta de Econoinvest Casa de Bolsa, que fue presentada por los viceresidentes de la empresa a la Junta Interventora poco después del comienzo de la intervención, contemplaba la posibilidad de que los clientes optaran entre quedarse con estos bonos en dólares o esperar a que se liberara la restricción establecida por la Superintendencia de Valores, que prohibía su comercialización por parte de las Casas de Bolsa. Sin embargo, los funcionarios de la CNV e Interventores, prohibieron la entrega de esos bonos a los clientes.
No es aceptable que los clientes reciban un pago chucuto en bolívares como producto de sus reportos en dólares, toda vez que Econoinvest Casa de Bolsa, todavía mantiene en custodia recursos más que suficientes para cumplir con sus compromisos en divisas.
Los bonos deberían ser vendidos o, en su defecto, entregados a los clientes para que pudieran negociarlos a través de cualquier institución financiera. ¿Qué esperan Tomás Sánchez, Nahunimar Castillo, Carlos Araujo y compañía para devolver sus ahorros a los clientes?
Teniendo estos bonos en dólares en su cartera por más de ocho meses, ¿qué piensa hacer la junta interventora con ellos si les paga en bolívares a sus clientes?
Código Venezuela, 17/02/2011, Editorial