Sin embargo, hasta ayer la junta liquidadora no había publicado el aviso respectivo en la prensa nacional anunciando la decisión tomada sobre cada una de esas peticiones.
En un proceso de liquidación de una empresa financiera se establece que los auditores encargados tienen 45 días hábiles para revisar las peticiones introducidas por todos aquellos con los que esa compañía quedó en deuda. Entre esos acreedores están los clientes.
Fuentes financieras vinculadas al sector explican que ese plazo incluye el tiempo en que los liquidadores deben realizar el balance final con su decisión, y la evaluación de ese informe por parte del presidente de la Superintendencia de Valores, Tomás Sánchez.
En el caso de Econoinvest, la casa de bolsa más grande que tenía el mercado de capitales venezolano, los inversionistas de la empresa entregaron las solicitudes para el pago de sus deudas en apenas 15 días hábiles, pues así está determinado. No se estipuló ni un día más de prórroga.
Ese tiempo culminó el cinco de noviembre; y el de la evaluación de las acreencias comenzó el ocho de ese mismo mes.
Tres semanas auto proclamadas
Luego de esos 45 días reglamentarios, el superintendente puede establecer una prórroga de 15 días más para la evaluación de las solicitudes de acreencias, si cree que el caso así lo amerita.
Desde diciembre del año pasado, en las oficinas de Econoinvest, administradas hoy por la junta liquidadora, esos días extras ya estaban anunciados.
A los clientes de la casa de bolsa se les notificaba que para la decisión sobre sus peticiones debían esperar en total 60 días. Es decir, tres semanas después del siete de enero.
Y, a partir de ese momento, se abre un nuevo lapso de sólo 15 días para que el acreedor que no esté de acuerdo con lo que le reconoció la junta liquidadora introduzca una nueva solicitud de reconsideración.
Lo que se reconocerá
Las deudas introducidas por los clientes son en su mayoría efectivo pendiente por operaciones que quedaron en tránsito al momento de la intervención de la casa de bolsa el 24 de mayo del año pasado.
Se trata de venta de títulos valores, capital a vencimiento por bonos, intereses pendientes, o liquidación de otros instrumentos financieros de captaciones como los repos, que aumentaron un poco en el sector, después de la eliminación de los mutuos en febrero de 2010.
También se incluyen las deudas de la empresa con proveedores o los compromisos a honrar con los trabajadores que se desempeñaban en Econoinvest, en el caso de esta casa de bolsa.
Las posiciones custodiadas en la Caja Venezolana de Valores no corresponden a este procedimiento, pues estos títulos valores están registrados a nombre del inversionista.
Sin embargo, también debieron esperar alrededor de cinco meses para acceder a sus papeles, pues era necesaria una carta de liberación por parte de los interventores que tardó ese tiempo en emitirse. Unos 9.000 inversionistas ya tienen acceso a los títulos valores que mantenían registrados en la Caja de Valores, mientras que unos 3.000 siguen a la espera.
Con más recursos
La devaluación produjo un aumento de Bs.F. 102 millones en la valoración de los activos a liquidar en Econoinvest. Los títulos de interés y capital cubierto (ticc) -denominados en dólares pero pagaderos en bolívares- que esta casa de bolsa mantenía en cuenta propia ahora se contabilizan a la tasa de cambio de Bs.F. 4,30 por dólar, mientras que hasta el año pasado se hacía a Bs.F. 2,60.
El Mundo, 12/01/2011, Pág. 14, por Carjuan Cruz